El Festival conocido como guelaguetza tiene su antecedente más claro en el «corpus del Carmen» del período colonial y siglo XIX. Desde 1699 la celebración mayor de los carmelitas del convento de la Santa Veracruz (Carmen alto) fue una fiesta de las familias españolas y criollas de la ciudad de Oaxaca. Iniciaba el 16 de julio y terminaba con una especie de día de campo, que después de la misa se trasladaba al cerro cercano, donde recogían azucenas. Había una clara división de clases en ésta celebración. A principios del siglo XX, se volvió una verbena popular, así que los dos lunes posteriores al 16 de julio, las familias almorzaban en las faldas del cerro del Fortín y disfrutaban de bandas y comida. En 1932, en el 4o centenario de la fundación de la ciudad, se contempló la necesidad de exaltar ciertos aspectos de la historia y culturas del país y la «oaxaquenidad» en específico. Así inició el acto central con una escenificación conformada por representantes de las regiones indígenas del estado. Entre 1930 y 1950 los lunes del cerro no tenían programa fijo. A partir de 1951 se busca dar mayor proyección turística a la ciudad y se invita a las comunidades a participar. En 1956 se le empieza a nombrar «guelaguetza», término que se refiere a la costumbre de los pueblos zapotecos de ayudarse unos a otros en momentos clave de la vida. La guelaguetza es una fiesta muy querida, a pesar de que actualmente despierta sentimientos encontrados entre los oaxaqueños, ya que a muchos les molesta netre otras cosas, el «comité de autenticidad» ya que dicen que no son ellos quienes deben «normar» a las delegaciones y que trastocan lo verdaderamente indígena.
Lindas fotos
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